Joan Muntada sigue malviviendo en Llacera, un pueblo del interior, en la Cataluña del siglo XVII. El recuerdo de don Rodrigo le acompaña y le ayuda a sobrevivir, hasta que se ve obligado a huir a la ciudad para escapar a un destino funesto a manos de Sebastià. En Barcelona se le ofrece un mundo desconocido, nuevo, diferente al suyo que sigue siendo cruel y despiadado. La muerte de un amigo desencadena una historia trágica y retorcida en la que Joan Muntada se ve envuelto a su pesar.

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